
Una mano fragil, fría y suave se deslizo por mi espalda,
sentí que un rumor tenue hizo estremexer todo mi interior.
Una brisa fría se introdujo en la parte frontal de mi pecho. Pasaron quizas unos cuantos minutos.
Después comprendí que atras mío ya no había nada, ni siquiera esa silueta pequeña que aveces pensaba era mi sombra.
Me deslice para observarla y ya había partido. Esta se desvanecio al perpetuar por mi cuerpo la caricia de su última despedida. Se canso de gritarme auxilio. Me había olvidado de que había sido mi única fiel compañera...Ahora que iba hacer?, ya no había nada y no sabía que pensar, mucho menos que hacer...
Ya no me cubría esa figura oscura que en el fondo era yo misma, arrojada al exilió de ese mundo oscuro que había negado desde siempre. Un mundo que en el fondo me pertenecía más que mi propio cuerpo.