Danaide
I
En el corazón guardo
una nube de SILENCIO
Y ella
Arrastra como VENDABAL
las palabras
necesarias a decir
Para qué el olvido no llame a la puerta
y yo responda
que YA no estoy,
que me ido a algún lugar,
en alguna hora de mi des-tiempo
Con la excusa perfecta bajo mi manga,
y un torrente de versos impronunciables
casi inexactos, porque jamás los verdaderos poemas
alcanzan a rozar la vida
como el amor que jamás abraza los cuerpos
que dicen quererse,
como la lluvia que siempre cae pero nada limpia
porque casi nada es palpable.
II
Sólo Somos muros viendo fantasmas de vida
Cuerpos bellos y sombras sin luz habitual
Llevando en la espalda arrecifes de Silencio
pisando palabras que Ya nada nos dicen,
Aplaudiendo el engaño
recitando recuerdos y amores
aclamando la hermosura sobre la epidermis de una piedra
En un mar ancho que nada abarca
porque la profundidad a dado paso al abismo
Y en esa prolongación se sumergen seres
que cantándole a la vida van
esperando asombros con las manos extendidas
a espaldas unos de otros,
Suspirando lejanías
muriendo en cada caricia
y dándose en el minuto de un beso,
antes
de que culminé la celebración del abrazo,
y la piel ya no reconozca los nombres que acaricia
porque ella poco sabe de palabras,
los hombres peregrinando van
para que esa nube inmensa de torrentes
se vuelva caudal en la unción del verbo.
1 comentario:
La nubes son silencios, como los silencios en un pentagrama, por eso se oyen, no solo se ven, las nubes se oyen, y en el silencio vengo a oír este blog, donde se encadenan los instantes para darle forma a la eternidad.
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