He vislumbrado a lo largo de los años, o de mis cortos años, esa imagen tragica, no hay felicidad permanente en el ideario de mi misma en el horizonte, y si acaso, un poco de calidez reposa sobre mi almohada no es sino síntoma proximo de que algo doloroso le sucederá a la plenitud finita de una buena noche. No me engaño, pero algo es verdadero, es la muerte el suceso encargado de embellecer una vida que se exilio de ser vivida, por preferir sentir, dejarlo todo para testimoniar las sensaciones de la piel, y si acaso una lágrima se desliza, no es sino para terminar de homenajear en caricia toda la belleza expuesta en un cuerpo que cree sentir, llorar, doler, y por último morir...
En alguna ocasión recuerdo haber visto a dos personas ciegas intentar descifrarse con sus manos, sus dedos que tocaban territorios insospechados dictaban palabras de amor, de angustia latente; como esa cuando sientes que la eternidad no existe o que esta pronta en acabar, tal vez, en algún momento que deseaste eclipsarte en los horizontes perdidos del tiempo y el espacio. Ahí, con ese grito desesperado que se aferra al instante para no dejarle ir, para no dejar de ser y permanecer extasiados de todo cuanto existe que es belleza, de sus ojos, su voz, sus labios tan bien escritos, y ese cuerpo perfectamente dibujado que pensaste de momento era tuyo y claro que lo sabías porque lo bajaste de algún sueño, estaba entonces ese aliento oxigenando tus ansias de vivir, la última superficie antes de sucumbir al tiempo que transcurre...
En alguna ocasión recuerdo haber visto a dos personas ciegas intentar descifrarse con sus manos, sus dedos que tocaban territorios insospechados dictaban palabras de amor, de angustia latente; como esa cuando sientes que la eternidad no existe o que esta pronta en acabar, tal vez, en algún momento que deseaste eclipsarte en los horizontes perdidos del tiempo y el espacio. Ahí, con ese grito desesperado que se aferra al instante para no dejarle ir, para no dejar de ser y permanecer extasiados de todo cuanto existe que es belleza, de sus ojos, su voz, sus labios tan bien escritos, y ese cuerpo perfectamente dibujado que pensaste de momento era tuyo y claro que lo sabías porque lo bajaste de algún sueño, estaba entonces ese aliento oxigenando tus ansias de vivir, la última superficie antes de sucumbir al tiempo que transcurre...
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