
Siempre estoy lloviendo, de mi lluvia nacen penas. La soledad del caminante errante entre la selva que añora una güarida.
Y en ese rumbo frío, melancolico, hallá a lo lejos mi alma algún refugió como los otros, esa misma calidez en esa noche turbia, aquella hoguera que revitaliza los organos paralizados por el olvido y el frío, ahí esta mi alma recibiendo en las manos un chocolate caliente acompañado de un delicioso manjar de durazno para alimentar el hastío de la sordera.
Pero afuera, sigue lloviendo y de mañana deberé partir melancolica para proseguir mi viaje, junto a mi soledad, de este dolor perpetuó que me dice hasta pronto, camina un poco mas...¡Siempre esta lloviendo, pero te espera un nuevo refugió!
Hasta el día en que paré de llover tu alma...
1 comentario:
eres tu??
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