Cuando todo duerama te robaré un color...
Quedate hasta el día,
Regresa a estos confines perdidos
con ausencias perpetuaas,
con puestas de sol ficticias
escritas en los murales del cielo
No partás de este territorio seco
Entre las alamedas con sed se hallan líquidos pasados
reservas naturales guardadas bajo la sombra de un abrazo
de un refugio donde aposentarse
Esucha, oye el silencio
escuchame que te habló
soy el silencio,
soy también el viento que acaricia prudentemente tu blusa derramada
la gota de agua que ha bebido de tu seno al caer
Soy el alacrán que te ha envenenado
soy ese veneno que te recorre por la sangre
Mírame que estoy bailando entre tus venas
Sienteme que soy yo quién te esta matando
Pero no te vayas, mujer,
quedate despierta en la espera de la muerte que te llega próxima,
porque seré esa mano que recibas del otro lado
seré yo quién te reciba en el estiercol de la nada
Pero no te vayas damicela,
este paraíso perdido aún florece
aunque las penas le hayan imprimido azufre al agua que bebías
No te quemarás,
o te quemarás en mi fuego
¡si quieres!
podré ser esa llama que te encienda
por la que te lanzarás a gemir en la oscuridad de la noche
también podré ser tu gemido
¡si quieres!
y el eco que retumbe sobre los asfaltos de la tierra.
Quedate hasta el día,
Regresa a estos confines perdidos
con ausencias perpetuaas,
con puestas de sol ficticias
escritas en los murales del cielo
No partás de este territorio seco
Entre las alamedas con sed se hallan líquidos pasados
reservas naturales guardadas bajo la sombra de un abrazo
de un refugio donde aposentarse
Esucha, oye el silencio
escuchame que te habló
soy el silencio,
soy también el viento que acaricia prudentemente tu blusa derramada
la gota de agua que ha bebido de tu seno al caer
Soy el alacrán que te ha envenenado
soy ese veneno que te recorre por la sangre
Mírame que estoy bailando entre tus venas
Sienteme que soy yo quién te esta matando
Pero no te vayas, mujer,
quedate despierta en la espera de la muerte que te llega próxima,
porque seré esa mano que recibas del otro lado
seré yo quién te reciba en el estiercol de la nada
Pero no te vayas damicela,
este paraíso perdido aún florece
aunque las penas le hayan imprimido azufre al agua que bebías
No te quemarás,
o te quemarás en mi fuego
¡si quieres!
podré ser esa llama que te encienda
por la que te lanzarás a gemir en la oscuridad de la noche
también podré ser tu gemido
¡si quieres!
y el eco que retumbe sobre los asfaltos de la tierra.
2 comentarios:
Es para la misma chica esta entrada y la de pensé y dolió, verdad?
Te entiendo.
:'(
si! es la misma.
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