"Mi padre dijo una vez: si quieres ver el alma de alguien, tienes que conocer sus sueños. Asì sentiràs compasiòn por aquellos que estàn peor que tù". Arizona Dream - Emir Kusturika

lunes, 28 de marzo de 2011

Levantarse un día,
sin las ansias comunes del contacto
de una y dos caricias en la oscuridad de un cuarto inhóspito
contando los minutos que preceden un encuentro inútil
un despojar de labios sin consuelo
una despedida del segundo que se lleva el aliento primero
un recuerdo ya fútil del abrazo anterior
son como cuerpos torpes "amándose por vez primera"
siempre
porque el cuerpo olvida los contornos
las despedidas los llantos
el tiempo los seres
y la lluvia los despojos.

No,
Amanecer un día
con una sencillez prestada
pero única
de una caricia a solas
calmando los silencios
con mas silencios
dejando caer palabras pero sin pronunciar
para que la magia no cese
y el instante no muera
en los versos que se dicen
como los cuerpos que se aman.


Buscando que la nada se asemeje a un beso de mujer,
Con una extraña conexión conmigo misma
Amando la lejanía de todo aquello que no se parece a mí
a todos
ahora
tan distantes
opacos con la luz del sol sin dejar ver más allá de los propios pasos
y las mismas huellas,

De odiarla tanto

he terminado por amarla desdeñosamente
sintiendo celos de cualquier presencia
que sin querer le espante.

Encuentro grato y mortal
con esa presencia ajena
desconocida para los ojos que le miren
inhospita también solo para quién la siente
inhabitable, oculta y lejana
la morada ardiente que se abre como pétalo
y se cierra como la muerte.

miércoles, 16 de marzo de 2011



Te has puesto a pensar, amigo mio como seremos de viejos?
si ya sufrimos,
cómo será el día en que perdamos nuestra belleza
nuestra única fé,
aunque necesariamente falsa.

Con que ojos para dibujar el anhelo
y con cuáles abrazos, para despedir las ausencias.
Te has puesto a pensar, como será la pesadumbre de verte solo
con el cogote caído y la piel tatuada por los años.

Amanecer un día cualquiera con unos ojos de áquila
impávidos
Tan sosegados y tranquilos
cansados de esperar aquién mirar
Tener la boca rota, la cara maltrecha y el cuerpo débil.

Con un alma vieja, como de joven.
Ella misma tan inquieta,
Paciente e insatisfecha
Pero encerrada, en un cuerpo que cambia hasta envejecer
y que segura siente que es la misma.

Cómo diferenciar si el alma también envejece
Si ahora mismo, parece vieja.
Como no saberla muerta,
si en su pasar por ese cuerpo vencido
es ella la que ha experimentado la caducidad
de las ilusiones.
El deteriodo del tiempo
y las manecillas del reloj curtido.

Destino - Salvador Dalí y Walt Disney


“Ella era la pequeña ventanita, el minúsculo agujero luminoso en mi sombría cueva de angustia. Era la de redención, el camino de la liberación. Ella tenía que enseñarme a vivir o a morir; ella, con su mano segura y bonita, tenía que tocar mi corazón entumecido, para que al contacto de la vida floreciera o se deshiciese en cenizas.”

Dolores - Soledad Acosta

Dolores - Soledad Acosta
“Yo estaba muy triste entonces: el corazón humano, sin exceptuar el mío, me parecía tan pequeño, variable e indigno, bien que en lo íntimo de él guardase el recuerdo de la mujer que amé como un ángel, pero que se había convertido para mí en un ser débil, fútil, y fácilmente llevado por la voluntad ajena. A veces la conciencia me acusaba de haber cambiado yo también. Era cierto, pero no había empezado a sentirme indiferente sino cuando advertí en ella despego. Su silencio y sus vacilaciones durante nuestra separación me la habían mostrado bajo otra luz, y el antiguo ideal había desaparecido para mí"

De las tardes-Fernando Delgadillo

De las tardes-Fernando Delgadillo
Si te tuviera una tarde para abrevarme en la voz, murmurante de tus fuentes una tarde para dos. Una tarde para siempre por las tardes que no estás, por las tardes que no han sido, y por las que ya no te vas. Quién te tuviera una tarde para andante recorrer las veredas, los atajos en los campos de tu piel, recorriendo amante valles, lomas, cauces de agua y flor, conquistando tus llanuras. toda una puesta de sol.

Herida - Rimbaud

Herida - Rimbaud
“Era la forma que revestía un amor ávido de exceder el límite de las cosas y, sin embargo, ¿cuántas veces alcanzamos momentos de felicidad irrealizables, noches estrelladas, arroyuelos que transcurren?: en el bosque de Lyon, ya en la noche, ella caminaba en silencio... sentía cómo mi destino caminaba a mi lado... Es imposible expresar con una sola frase la posibilidad que tenía de reconocerla: también soy incapaz de expresar su belleza, belleza imperfecta, móvil imagen de un destino ardiente y tenue. La fulgurante transparencia de esas noches es también inefable”. Bataille

La despedida-Fito Paez

La despedida-Fito Paez
Sabe amargo el licor, de las cosas queridas, se acabó lo mejor, quién nos quita esta herida, tu me pierdes a mí yo te doy por perdida, es la hora de huir, la despedida, la despedida ...

Ms Dalloway - Virginia Woolf

Ms Dalloway - Virginia Woolf
“Con todo, en algunas ocasiones era incapaz de resistirse al encanto de una mujer, no de una niña, de una mujer confesándole, como hacían a menudo, un mal paso, una locura. Y ya fuera por compasión, o por su belleza, o porque ella era mayor, o por alguna contingencia – como un leve aroma, o un violín en la casa de al lado (tan extraño era el poder del sonido de algunos momentos), ella sentía sin lugar a dudas, lo que los hombres sienten. Sólo por un instante; pero era suficiente. Era una revelación súbita, una especie de excitación, como un sofoco, que tratabas de contener, pero conforme se extendía no te quedaba más remedio que entregarte a temblar y sentías que el mundo se te acercaba, hinchando con un significado sorprendente, con una especie de pasión que te llevaba al éxtasis, porque estallaba por la piel y brotaba y fluí a como un inmenso alivio por fisuras y llagas. Y entonces, en ese preciso momento, había tenido una iluminación. La luz de una cerilla en una flor de azafrán; un significado interior que casi llegaba a verbalizarse. Pero la presión se retiraba; lo duro se volvía blando; el momento había terminado”.

Jose Luis Guerin - Las mujeres que no conocemos

Jose Luis Guerin - Las mujeres que no conocemos
"Vislumbraba uno de esos seres que a través de su rostro especial nos anuncia la posibilidad de una felicidad nueva. Cuando es especial, la belleza multiplica las promesas de felicidad. Cada ser es como un ideal aún desconocido que se abre a nosotros. Y ver pasar un rostro deseable que no conocíamos nos abre nuevas vidas que deseamos vivir. Desaparecen a la vuelta de la esquina, pero esperamos volver a verlos, nos quedamos con la idea de que hay más vidas por vivir de las que pensamos, lo que da más valor a nuestra persona. Un nuevo rostro que ha pasado es como el encanto de un nuevo lugar que nos ha revelado un libro. [...] Qué importa si no partimos, sabemos que existe, tenemos una razón más para vivir. Así miraba por la ventana para ver que la realidad y la posibilidad de vida que sentía junto a mí a cada hora contenían innumerables posibilidades diferentes de felicidad [...]Por desgracia no conoceremos todas las felicidades [...]Al menos nos dan nuevas razones para vivir." Fuente Deeegie - Marcel Proust